Aunque la diversidad y la amplitud de todo el territorio que conforma el Señorío de Molina merecen un lugar especial en internet, me gustaría centrar este blog en una pequeña parte del mismo.
Estoy hablando del extenso territorio que comprenden los pueblos de Maranchón, Clares, Balbacil, Codes, Mochales e Iruecha.
Como sabéis, estas tierras incluyen un bosque autóctono milenario que, en sí mismo, es una joya de incalculable valor. La mayor parte del terreno está cubierto de sabinas centenarias, árboles que por sus características especiales han logrado sobrevivir a la dureza extrema de estas parameras.
A lo largo de los siglos, estos territorios han escrito su propia historia, totalmente olvidada y para la gran mayoría de nosotros desconocida.
Observando el mapa, parece que nos encontramos ante un terreno yermo, seco y poco atractivo para visitar. Nada más lejos de la realidad.
La riqueza de la flora, la fauna, y el silencio que reina en el entorno hacen que, si lo sabes apreciar, la magia fluya en torno a ti.
Ya de por sí, al recorrer las carreteras y caminos que conforman el territorio, podemos apreciar un entorno salvaje, natural y único que te hace olvidar el mundo civilizado.
Tan sólo los molinos de viento que han ocupado de manera preocupante gran parte del sabinar hacen que regreses al loco loco mundo en que vivimos actualmente.
Olvidando ese pequeño inconveniente, el mar de sabinas que nos rodea hace que nos encontremos inmersos en un lugar totalmente natural y salvaje.
Y tú, ¿qué sientes cuando visitas los sabinares?